...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

sábado, 31 de julio de 2010

NICOLE BLAY FRANZKE



ARBEIT MACHT FREI

¿Dónde estabas cuando gritábamos?
Ahora sonríes, despreocupado,
con tus suelas de goma sobre nuestro recuerdo,
¿acaso no hacíamos el mismo ruido metálico,
no oías el crujir de nuestros huesos,
el rechinar de los dientes
bajo las fustas despiadadas?
No, tú sólo caminabas.
Pero no podías ver, porque sólo amabas al cielo.
Así, nuestros cuerpos fueron cerrándose (metalizando el olvido)
hasta que la sangre fluyó como mercurio.
Cenizas.
Tú eres la culpa de nuestras cenizas.
Miedo.
Tú eres el miedo de nuestro grito sordo.
IN_DI_FE_RENCIA
Pasea, hombre, ahora, tranquilo.
(sólo queda el grito que no osamos pronunciar)
Sólo queda un leve rumor en tu pecho.
                        ***


Inacabado

Antes de que se queme el café
antes de que su hedor a regaliz fundido me invada el cerebro,
antes
quiero el perfume que se pega a la ropa
antes
quiero el pan duro de ayer
y un poco de chocolate negro,
del americano, el amargo, el veradero.
Antes de quemarte el café
quiero tu cuerpo desnudo
boca abajo y triste
quiero enfudarte en una hogaza de pan,
desayuno de mi vida
antes de que el café saque sus caballos azules galopando,
antes de que le cambie el color al día, antes de ser yo
otra vez.
Antes de olvidar la cafetera,
de olvidar cómo prometías al viento
hacerme café cada mañana.
Tú ya no eres, yo no soy,
pero queda el café.
Café, que sigue impregnando hasta el cielo de mi casa,
porque el café no perdona,
no olvida, no aguanta, sentencia. Sólo escupe vapor, y despierta.
Antes de incendiar el recuerdo,
dame hoy, una taza de café amargo

jueves, 29 de julio de 2010

MÚSICA PARA ASCENSORES - JOSÉ DANIEL ESPEJO


 

   Aunque no sea suficiente,
aunque el resultado no cambie (pero cambiará),
aunque no valga la pena lo mucho que perdiste,
míranos a todos y di yo rompí la cadena de mando
aquí contra este operario de pelo rapado
el monstruo peludo se topó y tuvo que mostrarse,
y aunque perdí la pelea yo organicé la pelea
y cinco minutos enteros detuve el Sistema. Después
el Sistema paso por encima de mí, pero queda
esta historia, palabras. Tomadlas vosotros,
ponedlas si podéis entre las ruedas de la Máquina,
multiplicadlas, pero tratarlas con respeto
porque no fueron gratis.


                          ***


   Tú tan feliz, aprendiz de poeta,
pequeño padawan rodeado de maestros,
quién te advirtió contra esto: estar solo,
en medio del desierto de nieve, perdido
en el centro de la taiga, y verte rodeado
de océanos de tiempo, los mares de la noche
el vacío sideral. Y aún así
echar a caminar, es decir:
empezar un poema.


                        ***

   Amor,
te he cosido a la piel de mis manos
Con una Máquina que hacía tictac.

                       ***

B LUEGO C


   Entrar en el Poema,como en la última
lancha de salvamento, y mirar hacia atrás:
mujeres, niños, padres de familia
hundiéndose en lo oscuro, perdiendo el sentido,
con labios morados por la hipotermia, sujetos
a ridículos tablones, pidiendo auxilio.
Encender un cigarrillo.


José Daniel Espejo. (Música para ascensores. Editora regional de Murcia. 2007)


lunes, 26 de julio de 2010

MEMORIA. PATRICIO RASCÓN



MEMORIA


Papá
Te acompañé al campo
A poner cepos
Para atrapar zorzales y trigueros
Porque necesitaba que me quisieras
Que no me dieses más miedo

Papá
Me dejaste sólo mucho rato
Y oscureció
Y pasé miedo y frío
Y
Aunque te temía tanto como a la noche
Te llamé porque
Al fin y al cabo
Yo sólo era un crío y tú eras mi padre

Papá
Cuando regresaste furioso
Y me gritaste y me llamaste maricón
Te odié con toda mi alma
Y empecé a perderte el miedo
Y penetré la noche




PATRICIO RASCÓN. OLVIDAR EL OLVIDO
ED. BAILE DEL SOL

sábado, 24 de julio de 2010

QUEMANDO A LOS IDIOTAS EN LAS PLAZAS-JOSÉ DANIEL ESPEJO





La calzada


Mis botas. 
Las que llevo ahora, buenas
para las alturas, la nieve
y los caminos de piedras.

Qué pensarán de este
rodeo interminable por aceras
de hace tanto tiempo, este vagar
sin rumbo en la memoria para nada.

                   ***


Todo eso de las musas

Si vuelve a besarme, es muy posible
que acabe vomitando.
Quién es esta mujer y cómo ha entrado,
sin cara en la cabeza y con las manos tan frías.
Y a qué viene esta historia sin principio ni fin
sobre naranjas en el desierto y palabras
escritas en los muros de una celda.
Llévale la corriente. Está loca.
Ningún barco va a recogernos.
Dame la mano, dice.

                  ***

Frases para cualquiera

Lo que nadie puede hacer
tú harás con un poco de fe.
Lo que no está en los libros
tú dirás, y será perfecto
mientras duré flotando por el aire.
Porque ahí estás    solo tú serás
el que lleve la bandera
y el que nombre las cosas. Y nada
de lo que hayas oído 
te servirá como mapa.


JOSÉ DANIEL ESPEJO. QUEMANDO A LOS IDIOTAS EN LAS PLAZAS (Universidad de Murcia. 2001)

jueves, 22 de julio de 2010

BIEL VILA. POESÍA SOBRE RUEDAS.










Hadas
Nunca llegan tarde las hadas
y si sucede, es insignificante:
 llegan siempre a su hora.


***


De noche las horas se cuentan
con los círculos que el vaso
deja sobre la mesa.


 ***


Luna en todo su esplendor.
Quién sabe si suerte
del que lanza la moneda.


***


La rotundidad de decir: ¡Otoño!
Hace temblar las hojas
antes de que caigan del árbol.


***


Suerte de tener esa modesta casa
con vistas a la luna,
dormirse en la humildad de un banco,
de almohada, un cartón de vino.


***


De algunas mujeres me gusta
 lo que se ve con la luz apagada y
los ojos cerrados. Aquel brillo. Esa luz.



***


Con la misma velocidad
que se derrumba
un castillo de naipes,
baja el gato de un árbol.



   ***


   Cadáver de bicicleta atado en la fosa común
   de una farola oxidada. Alguien exclama ¡oh pobre!
   Otra voz replica, ayer pasé y había dos:
Descanse en paz.


    ***


    Polvo, polvo y polvo, tose enferma la  ciudad.


    ***


Una barriga embarazada está llena de juguetes. Palabras en boca de un niño.


    ***


He contado las horas azules de esta tarde y su eternidad ondula la histeria.


***


Contar olas como ovejas, jornada casi en blanco.


    ***

A veces la lentitud de una higuera, reloj de una isla inexplicable.


   *** 


Nunca es muchísimo tiempo y da miedo.


   ***


Estaré hasta que me echen y epitafio.



  Tengo la inmensa suerte de contar entre mis amigos con uno de los poetas españoles más orientales, Biel Vila. Siempre sentado sobre su humilde silla, como un monje en actitud zen. Siempre atento para hacerla rodar hacia  cualquier lugar donde haya una celebración poética.
Uno de mis principios fundamentales es, sin duda, sentarme ante cualquier obra que decida leer con una actitud crítica que parte del respeto. Ningún libro leído con prejuicios creados a priori, nos parecerá un gran libro. Así mismo estoy cansado de ver a personajes que tras oír grandes alabanzas de escritores como Raymond Carver y Flannery  O'Connor, (dos de mis escritores favoritos) leen sus relatos y terminan pensando: pero de qué cojones me están hablando y seguidamente los alaban ante sus amistades para no parecer unos ignorantes. Alguien se podría preguntar cómo reconozco esta actitud. Es muy sencillo, basta con ver su reacción hacia estupendas obras que mantienen suficientes puntos en común, aún siendo originales, con las de autores alabados por estos grandes y valerosos eruditos. 
Pues bien, últimamente estoy leyendo obras inéditas de autores desconocidos que nada deben envidiar de nadie. Este es uno de esos casos, estos poemas de Vila nada tienen (para mí) que envidiar a los de sus admirados poetas japoneses: Matsuo Basho, Buson, Issa Kobayashi, Shiki, etc.  Y me atrevo a afirmar que cualquier amante de la poesía oriental, debería disfrutar de sus versos tanto o más que de muchos de los haikus que escribieron los autores anteriormente citados. 
Jorge Espina

miércoles, 21 de julio de 2010

SIETE DÍAS



Siete días
caminando descalzo.
Siete días
desayunando vino.
Buscando las palabras adecuadas,
ginkgo, rododendro, clepsidra, nadir.
Con lo fácil que es decir pan.
Los verbos violentan la valla
y penetran en el jardín
bebiendo vino al mediodía,
haciendo girar la manivela  de
la maquina de embutir palabras.
Con lo fácil que es decir pan.
Abro la boca e intento gritar anarquía.
Anochece.
Escruto el organigrama del frío.
Con lo fácil que es decir pan.

Del poemario titulado Volver al pan, llegar a casa. Jorge Espina.
Canalla ediciones. Madrid 2012






domingo, 18 de julio de 2010

LA OTRA ORILLA. ANTONIO RIGO

            Te amo con pasión y
            sin ruido,
            como la nieve cayendo
            en una montaña de fuego,
            como encender en la noche
            una invisible luz.



POEMAS DE LA OTRA ORILLA. ANTONIO RIGO (INSOMNUS. PALMA DE MALLORCA 2010)


Si en Poemas del bosque y de la lluvia Antonio Rigo perseguía el milagro de convertirse en árbol, en Poemas de la otra orilla es ya el árbol quien escribe los poemas. Este libro está escrito sobre la piel de su autor.
El sosiego, equilibrio y lucidez de sus versos proceden de la experiencia y de la edad que indican los 50 circulos de sus brazos. Es el momento de oir latir el corazón de las manzanas, es el momento del poeta ante la soledad de las palabras, es el momento del árbol que interroga a la naturaleza, ¿quién como el árbol podría cantar a la montaña? ¿Quién como él, que nos observa con distancia, podría acercarnos a la otra orilla?
El álamo escribe como ama, con pasión y sin ruido, la higuera levanta jardines, el árbol quiere irse a vivir al interior del árbol ¿o quizás no era así? Ayer, antes de dormir, leí Poemas de la otra orilla y hoy he amanecido ebrio de amor y otras voces. Escribo este prólogo en trance, como Rigo escribe sus versos. Abro la ventana y beso el árbol, abro la ventana y respiro la flor. Lo confundo todo, es necesario, sin duda, acostarse sobre la hierba para leer estos poemas, a la sombra de un antonio, sin prisas. Es necesario abandonar  la urbe, esconderse al menos en el interior de un parque, donde las ramas nos oculten la ciudad y el deconcierto.  Es necesaria la muerte para llegar al otro lado, morir  para nacer en el bosque,  para ser la garza a la orilla del río,  lagarto largo, verde y sabio al mejor sol.
Como decía Heráclito: En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos. Nosotros nos hemos bañado dos veces en el mismo safareig, siguiendo la versión de Platón en el Crátilo, no se puede entrar dos veces en el mismo río. Pero el cauce, la playa o la alberca, son los mismos y es en nosotros donde se produce el cambio. En Mallorca hay toda una generación de jóvenes poetas que han crecido a su lado, que siguen creciendo, conocedores ya de la ocupación total de esperar un verso. No soy el mismo, he conocido a Antonio Rigo y nunca seré el mismo.

La otra orilla no se encuentra en la muerte, como podría parecer a algún lector despistado tras la lectura de algún poema. Para alcanzar la otra orilla es necesario sufrir una transformación, alcanzar otro estadio mental. Hay que mantener la atención en el momento presente, liberar el pensamiento utilizando vías de acceso espontáneas  e intuitivas, ajenas a la intelectualización, vaciar  el interior sin desear ni rechazar nada. Sólo cuando dejamos de remover el agua de un estanque podemos al fin ver el fondo, descubrir nuestra propia naturaleza.
Un árbol-río fluye calmo por los versos de la otra orilla. Rigo es el poema y la mano que lo escribe, es el mirlo y el cerezo, la iluminación zen de un hombre que se acerca a la poesía con la mente despierta y las manos vacías.


Jorge Espina                                                             


sábado, 17 de julio de 2010

Satán dice: Poesía no apta para pusilánimes. Sin un segundo de descanso.



... Sobre sus elegantes tobillos vegetarianos papá
sorbía su cena. Como un dinosaurio más,
grande, carnoso, hecho de bistec crudo...

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ENCUENTRO

                                                                     Para E.A.O.


ME peino el cabello frente al espejo
cuando te acercas, el rostro lleno de dolor,
el pelo enredado.

Me siento frente al espejo
y te peino hacia afuera, mirándote a los ojos
oscuros como la tierra muy hondo bajo la tierra.

No te quejas cuando el peine se enreda.
Permaneces muy quieta. Se puede oír cómo
el oleaje
se alza dos metros sobre las gastadas rocas
y se escurre hacia abajo. Estás muerta
  de cansancio
pero te sientas erguida, la vista al frente,
los ojos negros como tumbas en el espejo.

No estás enfadada porque me acueste con tu hijo,
no estás enfadada porque le hayamos puesto tu
  nombre a nuestra hija,
no estás enfadada porque estemos  aquí de visita
en la isla rocosa donde te moriste. Te sientas
inmóvil y grave. Las olas se elevan y
cubren las rocas.

Poco después es como si solo
se peinara una mujer frente
al espejo, pero no sé cuál,
tu presencia se eleva rápidamente sobre mí y
presiona como la tierra desde todas partes.


Sharon Olds.  Satán dice (Igitur/Poesía) Traducción y prólogo de Rosa Lentini y Ricardo Cano Gaviria

jueves, 15 de julio de 2010

BEGOÑA PAZ. POR LA NOCHE








NA NOITE 

Cansada de vixiar a máscara, a muller 
senta ao final do día fronte do espello. 
Unha a unha vai quitando as engurras, 
as liñas amargas que cercan a boca,  
eleva as pálpebras, limpa cun pano 
húmido as canas, levanta os peitos, 
sacude do corpo os quilos de máis.  

Logo deitase na cama, a chorar.  
Pregúntase por que non vai arrolala 
a súa nai. É tan nova, está tan espida 
e ten tanto, tanto frío. 




POR LA NOCHE 

Cansada de vigilar la máscara, la mujer 
se sienta al final del día frente al espejo. 
Una a una va quitando las arrugas, 
las líneas amargas que cercan la boca, 
eleva los párpados, limpia con un paño 
húmedo las canas, levanta los pechos, 
sacude del cuerpo los kilos de más. 

Luego se acuesta en la cama, a llorar. 
Se pregunta por qué no viene a acunarla 
su madre. Es tan joven, está tan desnuda 
y tiene tanto, tanto frío. 

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LISTA DE ESPERA 

Hoxe hai moita xente, di. 
Ás veces son tantos que temos 
que facer unha pequena selección. 
Repartimos os formularios, eles énchenos 
e logo pasámolos polo lector. 
O ordenador decide quen, como, cando.  
Meu compañeiro e mais eu 
xogamos a adiviñar os elixidos. 
O tremor é un indicio. Non sempre  
acertamos, claro. Tería que ver  
as caras dos que quedan atrás.  
A ansiedade nas súas miradas.  
As súas protestas sobre prazos, dereitos, 
 lugar na lista. É todo tan ridículo.  
Falta dignidade, sabe vostede?  
E un chisco de paciencia. 
A paciencia é indispensable 
para ingresar na nada. 

LISTA DE ESPERA 


Hoy hay mucha gente, dice. 
A veces son tantos que tenemos 
que hacer una pequeña selección.  
Repartimos los formularios,  ellos los cubren 
y luego los pasamos por el lector. 
El ordenador decide quien, como, cuando
Mi compañero y yo jugamos 
a adivinar los elegidos. 
El temblor es un indicio. No siempre 
acertamos, claro. Tendría que ver 
las caras de los que quedan atrás. 
La ansiedad en sus miradas.  
Sus protestas sobre plazos, derechos, 
lugar en la lista. Es todo tan  ridículo.  
Falta dignidad,  ¿sabe usted? 
Y un poco de paciencia.  
La paciencia es indispensable 
para ingresar en la nada. 

BEGOÑA PAZ. A MALA VIDA
EDICIONES LA BARAGAÑA. 2012


miércoles, 14 de julio de 2010

BROTHER


Bueno. Subasto públicamente a través de Internet mi último libro de poemas: No hay tiempo para libros (Nadie a salvo). Es un libro que contiene 51 poemas con determinadas innovaciones formales o gramaticales, por lo que no puedo colgar ningún poema a modo de ejemplo no vaya a ser que alguien me copie. Sí puedo decir que entre los 51 poemas hay fotografías intercaladas de Alejandro Zapico, Teodoro Hernando Acero, Juan Tizón, Julia Velázquez y David Brunner, más 3 ilustraciones de Harold, un artista que vende por la calle a cambio de la voluntad sus dibujos. Cuenta con un prólogo de Ainhoa Sáenz de Záitegui. Y con dos apéndices: 2 álbumes de fotografías: 1 con fotos del proceso de reescritura y selección de poemas, y el otro con fotografías en las que salgo con las distintas personas, artistas o no, con las que estuve desde que empecé a escribir el poemario hasta ayer mismo en que lo di por finalizado. La puja se inicia en 600 euros, en concepto de los derechos de autor. La puja se inicia hoy y termina el día de mi cumpleaños: el 29 de septiembre. Pueden pujar tanto editores como particulares. La fotografía de portada es la que va debajo de estas líneas y es obra de Alejandro Zapico. Os ruego que si os parece bien, le deis cancha a esta pública subasta a través de vuestros cuadernos de bitácora. De todos modos he creado un evento en Facebook con esta información. Gracias.

lunes, 12 de julio de 2010

ALFABETO DE CICATRICES. ANA PÉREZ CAÑAMARES.




ALFABETO DE CICATRICES
No la veo a ella al mirarme en el espejo, pero me  redescubro a mí mismo al leer sus versos; la vergüenza de desear más de lo que poseo. El deseo de partir cada día a salvar la primavera en un autobús en el que no viajen bueyes, dirigiéndome a un lugar, donde no me acosen los lobos del pasado, un lugar donde abrazar los árboles y escucharles decir: este es tu sitio, aquí crecerá tu cosecha. Y recordar que el mar existe, que el agua se tensa y se convierte en camino.
Hemos tardado cuarenta años en comprender que no habíamos comprendido nada. Que ya estaba todo dicho y que en la muerte quizás te espera la mayor sorpresa de tu vida.
Felicidades Ana, tu casa es digna y habitable.

Jorge Espina.

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LA MADRE DE CLAUDIA
                                                                       Para Claudia


Agradezco que tu madre antes de morir
tuviera antojo de un plato de calamares;
así no me sorprendió tanto
que a la mía le diera por cantar coplas
dirigiendo con su mano asarmentada
su dispuesto coro de hijos.

Te agradezco que te emborracharas
con una botella de vino
junto a tu madre moribunda;
cuando yo me emborraché con ron
ya sabía que no había falta de respeto
o necesidad de huida
sino homenaje
casi -tú me entiendes- celebración
y una tristeza sin histerismos
que se parecía a la vida.

Así que aquella noche, cuando me contaste
todo esto mientras cenábamos tacos
recibí una lección magistral:
mira a los ojos de la muerte
y podrás ver lo que nunca viviste:
la infancia de tu madre
la borrachera del tiempo trastocado
la oportunidad de dar las gracias
sin pronunciarlas.

Porque para las madres
todas las palabras
están siempre dichas.
Sólo las risas de sus hijos
las impulsan a volar
hacia la muerte.
                                                      
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EN EL AVIÓN

El hombre avanza por el pasillo
se sienta entre la ventanilla y yo
mira un momento hacia fuera
y luego baja la persiana.

Es de esa gente que se conoce
las nubes de memoria.
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Alfabeto de cicatrices. Ana Pérez Cañamares (Ed. Baile del sol)