...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

viernes, 28 de enero de 2011

EDUARDO JORDÁ II





EL SOL DEL SABADO


Huele a nieve y a sol.
La viña virgen roja
se estira en la pared.


¿Quién podría decir
que esto sería todo
por lo que tú has vivido?


El frío sol del sábado,
olor a nieve y sol,
y los pasos de tu hija
acercándose tenues.


               ***


ÚLTIMOS DÍAS


Le quedaban seis meses, le dijeron.
Y ella dijo que sí. Siempre decía que sí.
Dijo que sí a un hombre indiferente.
Dijo que sí a una vida aburrida.
Dijo que sí a la plancha, a la carcoma,
al sillón desfondado, a la indolencia.
No pidió nada a nadie, nunca ambicionó nada
que no fuera sencillo, bueno o fácil.
Y aquel día cerró los ojos y dijo sí,
Sí, a todos nos va a llegar la hora.


Volvió a leer sus libros más queridos.
Dijo adiós a las calles más queridas.
Visitó a dos amigas, comió sola
en los pocos lugares que quedaban
de su desvanecida juventud.
Caminó y caminó. Compró un jilguero
y lo soltó en seguida. Compró flores.
Se empeño en despedirse de una monja
-tía suya- que había olvidado ya quién era.
Voló en avión, comió bombones, fue sola al cine.


Y un día conoció a un hombre bueno,
y aquel hombre le dijo que la amaba.
La ciudad, de repente, se volvió luminosa,
amplia, alegre. Dos niños corrían a su lado.
Todo era limpio y sencillo, los días
no terminaban nunca. Bailó, escuchó a los músicos
que endulzaban las noches de verano,
volvió a ver a su madre, paseó
con quien ya  no sabía que vivía.
Y fue tan feliz que pidió perdón
a todos, y lloró  y bailó y recorrió de nuevo
las calles rebosantes de flores y de pájaros.
Y luego llegó el fin. Pero fue fácil
porque sólo cerró los ojos, vio
agua y nubes, y oyó risas de niños.


"Si cada día puede ser el último,
él último tendrá todos los días",
dijo el Gran Comoquiera que se Llame
antes de hacer real lo que he contado.


PERO SUCEDE.  EDUARDO JORDÁ.   ED. RENACIMIENTO

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