...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

domingo, 24 de abril de 2011

BENJAMÍN PRADO -COBIJO CONTRA LA TORMENTA-



Yo miraba las casas encendidas junto a la autopista,
los árboles y el frío de las últimas ventanas.
Miraba los jardines,
el cielo destruido por las letras rojas de los hoteles.
Las tardes de verano
abrasaban el pequeño corazón de las palomas
y la luz era el último ángel de la noche.


Yo tenía un balcón donde leía a Neruda.
Desde el balcón, veíamos llegar a las cigüeñas:
cisnes del cielo, pájaros trazados por la nieve.


Yo tenía un balcón y tenía una mujer.
Desde el balcón, miraba las playas de la noche
y la lluvia extraña de las carreteras vacías.


Yo tenía una mujer, su cuerpo construido en cuartos 
       solitarios,
palabras solitarias entre leones rojos
y cisnes devorados por la luna.
Desde el balcón, miraba la tormenta. Había
autopistas azules
y casas encendidas,
árboles deshechos por el frío de las últimas ventanas,
pozos que nos tendían pequeñas manos húmedas.


                                ***


Al otro lado había los cristales rotos de las fábricas
y la luna de los aeropuertos vacíos.
Al otro lado, la lluvia ponía en los árboles
sueño de los leones y equilibrio del agua.


Al otro lado había el gato con el corazón comido por los
       pájaros
restaurantes cerrados, luz de las azoteas
donde el cielo devora el ángel de la noche.


Yo buscaba palabras
parecidas
a la mirada quieta del dios sobre la plaza
-igual que en el poema
de Coleridge el ojo del océano
mira la luna- y mi padre decía: cuando llegues
a la cumbre de la montaña, sigue subiendo.
Palabras implacables como el viento que mueve
la ropa de una estatua.

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