...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

jueves, 30 de agosto de 2012

ADOLFO CUETO - MARINA HABLA CON ÁRBOLES


MARINA HABLA CON ÁRBOLES

Marina habla con árboles, entiende
su alta edad, el estremecimiento
del verano en sus hojas. Por su espina dorsal,
como a esa rama tierna, recién
brotada, asciende
este coro danzante, sonajero del viento,
que le canta al oído.

La estoy viendo ofrecer su inocencia sin traba,
sonreír, explorar
un lenguaje preciso, de raíces
secretas, que no tiene alfabeto  —y es ya esta palpitación
del mundo, respirándome a fondo–.
Pecho alado y en paz,
criatura tan dentro
como un cielo de agosto, hacia arriba, en lo alto,
donde canta la vida, donde la vida es
bella aún.

Marina habla con árboles
–me dices–, aunque tenga 3 meses.
Aunque algunos no escuchen, porque sólo
sonríe, porque no sabe hablar.


Adolfo Cueto. Dragados y Construcciones.
VIII Premio Emilio Alarcos
Visor de Poesía.

lunes, 27 de agosto de 2012

CELSO EMILIO FERREIRO - ORACIÓN POR LOS TONTOS



ORACIÓN POR LOS TONTOS. 


Señor Dios ten piedad de los pobres tontos
que no sabemos nada de geometría
y embobados en la música celeste
olvidamos la fórmula
del binomio de Newton.

Vamos andando a trancas y barrancas,
aprendiendo las cosas tristemente 
por el mundo adelante que tú hiciste
en sólo siete días, según los libros.


Yo soy un poco tonto, bien  lo comprendo.
Nunca pude saber para qué sirven
muchas cosas oscuras que consientes.
Humildemente quería preguntar
preguntas diminutas como cuarzos
acerca de los grillos que cantan incansables
y los amores de los peces,
pero siempre llegan unos hombres
cargados de textos
y mazacotes grises sapientísimos,
con fechas rigurosas, datos ciertos,
horriblemente ciertos, asfixiantes.
Pero nadie me decía de los pájaros,
de los renacuajos, de las flores y de esas nubes
Que posaste, Señor, sobre mi techo.

Perdóname, Señor, tanta tontería
y ten piedad de nosotros, de los pobres tontos
que recorremos el camino de las estrellas
con  ojos encendidos
en la tibia embriaguez de las fábulas.

Y cuando llegue la hora del Juicio
llévame a tu vera con los niños,
con los santos inocentes, con los viejitos,
y déjame seguir mirando al cielo,
modelando en el viento dulces sueños,
como tú haces, Señor, desde el Principio.

             *****

ORACIÓN POLOS PARVOS
Señor Dios ten piedá dos probes parvos
que non sabemos ren de xeometría
i embobados na música celeste
esquecemos a fórmula
do binomio de Newton.

Imos andando a trancas e barrancas
adprendendo as cousas tristemente
por iste mundo adiante que fixeches
en sete días só, según os libros.

Eu son un pouco parvo, ben comprendo.
Nunca poiden saber para qué sirven
moitas cousas escuras que consintes.
Humildemente quixen preguntar
preguntas pequeniñas coma seixos
sobre os grilos que cantan incansábeles
e os amores dos peixes,
pero sempre chegaban unhos homes
carregados de textos
e mazacotes grises sapientísimos,
con datas rigurosas, datos certos,
horríbelmente certos, abafantes.
Mais ninguén me decía dos paxaros,
dos cávados, das froles, e desas nubes
que pousaches, Señor, sobre o meu teito.

Perdónaos, Señor, tanta parveza
e ten piedá de nós, dos probes parvos
que andamos os camiños das estrelas
cos ollos alcendidos
na bebedeira tépeda das fábulas.

E cando chegue a hora do Xuicio
á túa veira lévanos cos nenos,
cos santos inocentes, cos velliños,
e déixanos seguir ollando ao ceo,
modelando no vento doces soños,
como Ti fas, Señor, dende o Principio.


viernes, 24 de agosto de 2012

DAVID GONZÁLEZ - MATRIZ

     
       matriz

          un hombre:

          30 años 32:
          en una chigrería:
          con su ex mujer
          que trata de explicarle
y        convencerle,
          hacer que entre en razón,
          de que no está en condiciones
          de llevarse a la cría:
          5 años 6:
          a la que ese hombre:
          su padre,
          tiene cogida 
          por la muñeca:
          mientras tira de ella:
          casi  arrastrándola:
          hacia la puerta de la chigrería:

          ¡quiero ir con mamá:


y        yo:


          boqueras:

          barba de dos noches:
          profundas ojeras:


          yo:


          la napia blanca:

          las manos sucias:
          serrín en el suelo:

          ¡¡¡quiero ir con mamá: 


          yo:


          cartas sobre las mesas:

          sidra sobre la mía:
          lo justo para pagarla:

          ¡¡¡¡ quiero ir con mamá:


          y yo:


          poeta maldito:

          fuera de lugar
          entre la gente del día:

          yo también pequeña:

          yo también quisiera irme con mamá:

y        no con este tío con el que he  venido:


          mi colega:


          tu padre:



             David González. No hay tiempo para libros

             Ed: Origami


JOHN BERGER - PÁGINAS DE LA HERIDA



CONTADORES DE HISTORIAS

Escribiendo
acurrucados junto a la muerte
somos sus secretarios

leyendo a la luz de la vida
completamos su libro mayor

donde termina ella,
colegas míos,
empezamos nosotros, a ambos lados del cadáver,

y cuando la citamos
lo hacemos
sabiendo que la historia está a punto de acabar.

                               *****

     Una noche, paseando por el campo en las cercanías de Prijedor, en Bosnia, vi, bajo unas hojas de hierba, la luz verde ámbar de una luciérnaga solitaria. La cogí y me la puse en el dedo; brillaba como un anillo con un ópalo eléctrico. Conforme me iba acercando a la casa, la competencia de las otras luces se hizo demasiado intensa, y la luciérnaga apagó la suya.
     La puse en unas hojas sobre la cómoda del dormitorio. Cuando apagué la luz, la luciérnaga volvió a brillar. El espejo del tocador estaba enfrente de la ventana. Si me tumbaba de lado, veía una estrella reflejada en el espejo y debajo, en la cómoda, la luciérnaga. La única diferencia entre las dos era que la luz de la luciérnaga era un poco más verde, más glacial, más lejana.

martes, 21 de agosto de 2012

ISLA CORREYERO - DIARIO DE UNA ENFERMERA. 1


LA AMBULANCIA. 15 de abril de 1994

Me han elegido para entrar en la muerte de una niña.

La ambulancia transcurre por la carretera con su 
memoria de meteorito. De Madrid a Gerona nos ganará la noche.

Yo controlo los brazos de la enferma desnuda y reviso
el pliegue cabalístico y frágil de su garganta afónica.

El suero cae buscando la vena azul de su radiografía.

Brilla el oxigeno sobre mis guantes blancos y dibuja 
inscripciones en mi nariz poética.

El misterioso conductor nos mira desde el poniente
imán de su espejo difuso.
Los coches que cruzamos van vivos de miradas poderosas.
Se agradece la marcha vigilante que, de pronto, sobre el cristal central,
la nieve nos choca como un sueño.

Yo comienzo a temblar porque mi enferma me ha 
hecho una caricia sobrehumana.
Sus ojos de dolor de cuatro años están terriblemente 
abiertos y distintos.

Tengo su mano agonizante y fría sobre mi muslo tenso y absoluto.

Me pide a su mamá, su voz de agua: agua, agua.

Dieta absoluta son ya las lejanas órdenes del médico.

Agua y amor me pide la que muere.

De una bolsa de suero glucosado le doy a la privada
criatura un sorbo,
un sorbo lento.
Traga,
traga, 
mi amor,
mi amor,
mientras me acuesto a su lado
besándonos, me muere.

La ambulancia prosigue su camino hacia un lugar que no existe en el mundo.

La madre esperará cien noches, aterrada, en la terraza.

                                 ***

17 de septiembre de 1994

El blanco rostro de la demente lleva una semana traslúcido.
Levanta los ojos al techo para mirar la incubación de su proceso,
y hace de la noche día
y de la cama de hospital su cama de casada.

No sabe si come o si tiene la boca llena de linternas.

No sabe si descansa o si está trabajando.

Nos confunde con sus hijos y sus sombras.

Algún instante, ve pasar el viento negro de la fatalidad, pero sonríe,
porque es una buscadora de la fatigosa tarea de encontrar su dinero...

Por todos los rincones apresa una moneda tintineando desde un esparadrapo.

Sus hijos se reparten la herencia tenebrosa, felices y excitados.

                                ***

PERO SE MUEVE. 13 de junio de 1995

¡Oh médicos malditos!

No me digáis que me he quedado huérfana.
No me digáis que ha muerto mi vertiginoso.
No.

Mi mano lo acaricia desde el cerebro a la uña azul
del pie, mi mano con la suya, terriblemente fría, deja
pasar el aire y se convierte en pasadizo de humo.

No está inmóvil ni frío.
Yo veo cómo se mueve la ventana y él se mueve desde
lo hondo de mis ojos,

se mueve para mí, se mueve con los pájaros que vienen del sueño.

Tiene el temblor de una tormenta negra, la constante
temperatura de la piedra en la casa.

Su lecho dolorido me dice que él existe, su colchón 
empapado de nieve y de saliva, de sangre levitando 
sobre las cuatro patas.

Él existe y se mueve.

Va a exigirme un compacto de Sibilius, está pidiendo
pan y se levanta, de lo invisible a la arrogancia de su miopía, 
me está pidiendo la velocidad para volverse.

Y ahora está de pie, cerrando la ventana.

Ha vuelto a mi dulzura, a mi diálogo de histérica, 
vuelve de la furiosa función del miocardio, vuelve de
las flexibles tablas de la justicia.

Ha vuelto para mí.

Toco su pecho.

Me veis: Hablo de él como si nada hubiera sucedido.

¡Oh médicos malditos!


ISLA CORREYERO. DIARIO DE UNA ENFERMERA
HUERGA Y FIERRO EDITORES


sábado, 18 de agosto de 2012

JOSÉ LUIS PIQUERO - RIMBAUD


RIMBAUD

Yo no quiero ser yo. La vida entera
la gasté en reinventarme, como un fénix doméstico.
Me fui sobreviviendo como pude.

Yo no sé quién soy yo. Tal vez la máscara
debajo de la cara. La pregunta.

Yo no pude ser yo. Y el minucioso
trabajo de vivir sin heroismo se quedó para otros.
La verdad es la triste descripción del secreto.
No quise ser verdad. Quiero ser Nadie.


José Luis Piquero

miércoles, 15 de agosto de 2012

ROGER WOLFE - LA TORTURA


LA TORTURA, VIEJO Y LITERARIO GÉNERO...

Me hablaba
del cielo de Esmirna,
de las doradas cúpulas
que alumbraba la tarde veneciana,
del aire perfumado y cómplice de ciertas
umbrosas callejuelas tunecinas, la belleza
inenarrable de Florencia,
y –cómo iba a faltar–
de ese cafetín donde en Lisboa
martirizaba los versos el Poeta...

Hay gente en ocasiones que desea 
que fuera un libro, para así
poder cerrarla con un sonoro y seco
golpe de la mano, sin marcar la página,
y devolverla luego para siempre
al lugar en que por derecho
corresponde:
los mustios anaqueles
de una rancia biblioteca.

                       

ROGER  WOLFE. Días perdidos en los transportes públicos
Ed:Anthropos

domingo, 12 de agosto de 2012

ESTHER PRIETO


NA VENTANA DE CASA

Na ventana de casa, pensatible,
barruntes los díes que falten por llegar.
El reló del tiempu martillea,
morosu, el requeru esgayáu de la to vida.
Estelada, retires del zimbru la mirada
que, lenta, vas posar al centru esactu de la sala:
na mesa de cristal apilen rescualdos,
nin calmos nin serenos, d'aquello que yá nun yes,
de tolo que vas perdiendo.



jueves, 9 de agosto de 2012

SOFÍA CASTAÑÓN - POEMAS


LA HABITACIÓN DE LA QUE NO SE HABLA

El hombre sin número y sin taza
no se quedará al desayuno.
El hombre quisiera ser niño y llegar
de la mano de la niña como se llega
invitado a una casa para un juego.

Pasar la noche entre pinturas de manos,
manchar la madera de ahí, y manchar
la chaqueta negra y manchar el cuerpo
de todo aquello que aún respira.

El hombre sin número es un niño.
Cuero, ideas, arrugas.

La niña es trampa.
En la cadera le pinta
una filacteria de prosa.

De lejos, sólo dos niños
dejando que todo suceda.
Como ríen nadie ve
la grieta que al fondo 
se expande.

              ***

HABITACIÓN FÉRTIL

Echó raíces un cerezo
justo en el regazo de la madera.
En el suelo del cuarto de la niña
se retuercen destinos hacia abajo.

El árbol es un árbol nocturno.
Lo invoca la mujer de las lágrimas
del quinto. Sólo necesita
del silencio adecuado y crece
casi todas las noches en medio
del cuarto un tronco sin hijos.

La niña conoce de la ciudad
oscura la respiración de un cerezo.
Que sólo esté de noche o que aparezca
como reaparecen las dudas
deja entre su pelo
cápsulas de pánico.

En el interior, el árbol.
La misma postura que un muerto
a la puerta de la casa donde vivió.            
  
                ***

La niña y el hombre dos y el hombre uno y sus fotos y el hombre cuatro y
el hombre sin nombre y la voz del pasillo se quedan un poco más despiertos.
El cerezo respira todo el aire del cuarto.
Y entonces,
                         desmayo. Multitud.


SOFÍA CASTAÑÓN. LA NOCHE ASÍ
Ed: Ya lo dijo Casimiro Parker.

martes, 7 de agosto de 2012

WILLIAM CARLOS WILLIAMS



esto es sólo para decirte

Me he comido
las ciruelas
que había en
la nevera

y que
seguramente
guardabas
para el desayuno

Perdóname
estaban deliciosas
tan dulces
y tan frías



sábado, 4 de agosto de 2012

CHARLES BUKOWSKI - VIDAS EN LA BASURA



VIDAS EN LA BASURA


el viento sopla fuerte esta noche
y es una viento frío
y pienso en los muchachos
desocupados.
espero que algunos de ellos tengan
una botella de tinto.


es cuando estás en las malas 
que te das cuenta de que todo
tiene dueño
y de que hay cerraduras en
todas las cosas.
así funciona la democracia:
agarra lo que puedas, trata de
mantenerlo
y agrégale algo
si es posible.


así funciona la dictadura
también
solo que ellos esclavizan o 
destruyen a sus desamparados.
nosotros simplemente
olvidamos
a los nuestros.


en cualquier caso
es un viento 
muy frío.



miércoles, 1 de agosto de 2012

ROGER WOLFE - ARDE BABILONIA



LA ÚLTIMA NOCHE DE LA TIERRA


El mirlo de todos los años ha vuelto a visitar mi casa
y todavía sigo aquí.
Su música no cambia y eso ya lo he escrito.
Pero mi trabajo es constatar lo obvio
y eso es lo que el mirlo me viene a recordar.
El tiempo pasa, la gente se hace vieja, se muere,
por su propia mano o con ayuda.
Las palabras van bajando por el desagüe
de lo que alguien ha llamado la intrahistoria.
Todo fluye y se pierde, los ríos en el mar,
el mar en la inmensidad inabarcable del cosmos,
el cosmos en la nada de la que no debió salir.
Mientras tanto tecleamos.
Un sordo tamborileo contra siglos de muerte programada
y un futuro de certera incertidumbre.
Un batallón de patéticos amanuenses del olvido
exigiendo dos camisas para el camino hacia el patíbulo
Pero no es el frío el problema, sino el miedo.
Y es el mirlo, en su ignorancia, el que sabe la verdad.
Cumple sin la más mínima estridencia
el ritual que le ha impuesto la biología.
Luego morirá. Sin epitafios, como éste,
que se deshagan con una mueca indiferente
entre las llamas de la última noche de la Tierra,
cuando nadie entienda ya ningún significado,
si es que algo tuvo sentido alguna vez.


Roger Wolfe. Arde Babilonia.
Ed: Visor