...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

martes, 21 de agosto de 2012

ISLA CORREYERO - DIARIO DE UNA ENFERMERA. 1


LA AMBULANCIA. 15 de abril de 1994

Me han elegido para entrar en la muerte de una niña.

La ambulancia transcurre por la carretera con su 
memoria de meteorito. De Madrid a Gerona nos ganará la noche.

Yo controlo los brazos de la enferma desnuda y reviso
el pliegue cabalístico y frágil de su garganta afónica.

El suero cae buscando la vena azul de su radiografía.

Brilla el oxigeno sobre mis guantes blancos y dibuja 
inscripciones en mi nariz poética.

El misterioso conductor nos mira desde el poniente
imán de su espejo difuso.
Los coches que cruzamos van vivos de miradas poderosas.
Se agradece la marcha vigilante que, de pronto, sobre el cristal central,
la nieve nos choca como un sueño.

Yo comienzo a temblar porque mi enferma me ha 
hecho una caricia sobrehumana.
Sus ojos de dolor de cuatro años están terriblemente 
abiertos y distintos.

Tengo su mano agonizante y fría sobre mi muslo tenso y absoluto.

Me pide a su mamá, su voz de agua: agua, agua.

Dieta absoluta son ya las lejanas órdenes del médico.

Agua y amor me pide la que muere.

De una bolsa de suero glucosado le doy a la privada
criatura un sorbo,
un sorbo lento.
Traga,
traga, 
mi amor,
mi amor,
mientras me acuesto a su lado
besándonos, me muere.

La ambulancia prosigue su camino hacia un lugar que no existe en el mundo.

La madre esperará cien noches, aterrada, en la terraza.

                                 ***

17 de septiembre de 1994

El blanco rostro de la demente lleva una semana traslúcido.
Levanta los ojos al techo para mirar la incubación de su proceso,
y hace de la noche día
y de la cama de hospital su cama de casada.

No sabe si come o si tiene la boca llena de linternas.

No sabe si descansa o si está trabajando.

Nos confunde con sus hijos y sus sombras.

Algún instante, ve pasar el viento negro de la fatalidad, pero sonríe,
porque es una buscadora de la fatigosa tarea de encontrar su dinero...

Por todos los rincones apresa una moneda tintineando desde un esparadrapo.

Sus hijos se reparten la herencia tenebrosa, felices y excitados.

                                ***

PERO SE MUEVE. 13 de junio de 1995

¡Oh médicos malditos!

No me digáis que me he quedado huérfana.
No me digáis que ha muerto mi vertiginoso.
No.

Mi mano lo acaricia desde el cerebro a la uña azul
del pie, mi mano con la suya, terriblemente fría, deja
pasar el aire y se convierte en pasadizo de humo.

No está inmóvil ni frío.
Yo veo cómo se mueve la ventana y él se mueve desde
lo hondo de mis ojos,

se mueve para mí, se mueve con los pájaros que vienen del sueño.

Tiene el temblor de una tormenta negra, la constante
temperatura de la piedra en la casa.

Su lecho dolorido me dice que él existe, su colchón 
empapado de nieve y de saliva, de sangre levitando 
sobre las cuatro patas.

Él existe y se mueve.

Va a exigirme un compacto de Sibilius, está pidiendo
pan y se levanta, de lo invisible a la arrogancia de su miopía, 
me está pidiendo la velocidad para volverse.

Y ahora está de pie, cerrando la ventana.

Ha vuelto a mi dulzura, a mi diálogo de histérica, 
vuelve de la furiosa función del miocardio, vuelve de
las flexibles tablas de la justicia.

Ha vuelto para mí.

Toco su pecho.

Me veis: Hablo de él como si nada hubiera sucedido.

¡Oh médicos malditos!


ISLA CORREYERO. DIARIO DE UNA ENFERMERA
HUERGA Y FIERRO EDITORES


1 comentario:

  1. La ambulancia, es una muestra de como, remueve sentimientos con sus poemas.

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